Espero que os guste.
PEPE, EL NIÑO EXPLORADOR
A Pepe le gustaba mucho jugar en el bosque y siempre que podía se subía a los árboles inventándose mil historias, creyéndose capitán pirata, indio apache, explorador…
Todas las tardes, cuando el niño
acababa de hacer sus deberes, se iba con la merienda al bosque, pero… Un día
decidió explorar por un camino nuevo y acabó en un claro donde había una
cascada que aparecía de la nada.
-
¡Oh! ¡Que sitio tan chuli!- Se maravilló. – Voy a ver
que pasa. – Exclamó.
Pepe dejó su merienda sobre una
roca que tenía forma de mesa y se fue a investigar de dónde procedía aquella
hermosa cascada.
Mientras el niño no estaba, una
pequeña ardilla vio la merienda puesta sobre la roca, se acercó muy silenciosa y se la llevó lo más rápido que pudo. En ese mismo momento, Pepe volvía para
dar otro mordisco a su bocadillo, pero la ardillita ya estaba escondida de
nuevo.
Pepe
se asustó, porque no sabía cómo había podido desaparecer su merienda así que,
se puso a llorar desconsoladamente. La ardilla le escuchó y se sintió muy mal
porque por su culpa el niño estaba llorando, entonces, decidió acercarse a Pepe
con la intención de devolverle su merienda.
El niño al verla, le preguntó.
-
Oye, ¿qué haces tú con mi merienda?
-
Tengo mucha hambre, porque mi mamá no encuentra cosas
ricas para comer por el incendio de este verano. – Respondió la ardillita.
Pepe no dijo nada. Pero tuvo una
gran idea, los dos podían compartir la merienda y así ninguno pasaría hambre y
comerían cosas ricas.
Cuando la acabaron los dos
decidieron jugar juntos un rato entre las diferentes plantas y rocas. Se
hicieron muy amigos y pasaron muy buen rato juntos.
Pero la tarde pasó muy rápido y
pronto apareció la madre de Pepe llamándole para que volviera a casa, bañarse y
cenar.
A partir de ese día, Pepe iba
siempre que podía a la cascada para jugar con su amiga la ardillita.
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